lunes, 11 de julio de 2016

Infertilidad y Estres- Que dicen los estudios- Que podemos hacer...

La Infertilidad y el Estrés

            La infertilidad constituye un problema con consecuencias emocionales muy importantes para la pareja. El hecho de no poder satisfacer una parcela tan importante del desarrollo personal como “tener hijos” afecta de forma directa a todas las esferas de la vida de los pacientes.
            El núcleo de la persona se ve afectado, deteriorándose de forma significativa aspectos tan importantes como la autoestima, los planes de futuro, la vida de pareja, la familia, la vida social, las relaciones sexuales… En estas circunstancias, son generalizados  los sentimientos de ansiedad y depresión. Por si esto fuera poco, esta situación de “sufrimiento” es en muchas ocasiones minimizada o incluso frivolizada por la sociedad que ve este problema como algo sin mucha importancia y en ocasiones con aspectos “positivos” con comentarios tan desagradables como “con lo bien que estáis sin hijos…”.

            Esta situación de stress emocional se intensifica durante los tratamientos de fertilidad (inseminación, fertilización in vitro,donación de ovocitos, etc.). Se han realizado diversos estudios para medir los niveles de ansiedad en distintos tipos de tratamientos médicos, y los tratamientos de reproducción son los que más carga emocional conllevan tras los tratamientos oncológicos (radioterapia, quimioterapia…), esto resulta lógico si pensamos que en ese momento el miedo al fracaso intensifica de forma significativa la ansiedad provocada por la infertilidad.

            El estrés puede interferir con la concepción. De hecho, si te está costando quedar embarazada, muchas personas te habrán dicho: “Relájate y ya verás que quedas embarazada”. Y tienen razón, al menos en parte.

            El estrés puede afectar al funcionamiento del hipotálamo (la glándula del cerebro que regula tu apetito, tus emociones y las hormonas que envían la señal a tus ovarios para que liberen óvulos). Si estás muy estresada, puede que ovules más tarde durante tu ciclo reproductivo, o que ni siquiera llegues a ovular. Así que si solamente tienes relaciones sexuales alrededor del día 14 pensando que estás ovulando, podrías perderte la oportunidad de concebir.

            Es importante diferenciar entre estrés repentino y estrés constante. Si tu nivel de estrés es elevado pero bastante constante, lo más probable es que tu cuerpo se acople a ese ritmo y posiblemente sigas ovulando en cada ciclo. Es el estrés repentino (un accidente o una muerte en la familia) puede alterar tu ciclo e interferir con la ovulación.

            Por supuesto, este efecto varía de mujer a mujer. Para algunas, un corto viaje puede retrasar su ovulación mientras que, para otras, ni el accidente más traumático variaría su ciclo. 


¿Que nos dicen los estudios?

            La investigación ha demostrado que las mujeres sometidas a tratamiento por infertilidad tienen un nivel de estrés similar, y con frecuencia más alto, al de las mujeres que se enfrentan a enfermedades graves como el cáncer o enfermedades del corazón. Los efectos de este estrés en la calidad de vida de la pareja tienden a ser sustancialmente mayores en las mujeres que en los hombres (Guerra y cols, 1988).

            Lemmens y cols. (2004) y Alper y cols. (2002) realizaron estudios concluyentes acerca de la necesidad de que las parejas sometidas a técnicas de reproducción asistida tengan soporte psicológico antes, durante y después del tratamiento. Esto se debe a la ansiedad y la sensación de pérdida de control, que se traduce en síntomas psicosomáticos en ambos miembros de la pareja.

            Moreno y cols. (2007) realizó una investigación sobre la infertilidad en la mujer. Constató que siguiendo un programa de apoyo psicológico se produce una notable reducción del estrés en la mujer. Recalca la necesidad de las parejas en procesos de reproducción asistida de contar con soporte psicológico.

            Otros estudios que demuestran que las parejas con problemas de fertilidad tienen una mejor respuesta al tratamiento médico cuando éste incluye un apoyo psicológico. Domar y cols. (1999) demostraron que un programa para disminuir el estrés psicológico está asociado con un mayor porcentaje de embarazos viables en tratamientos de infertilidad.

            Aunque la relación entre niveles de ansiedad y la probabilidad de éxito de los tratamientos no es concluyente, muchos autores hallaron una relación estadísticamente significativa entre el papel de la intervención psicológica y el número de concepciones (Alice Doman et al. (1990, 1992), Annette L. Stanton & Christine Dunkel-Schetter (1991), Jane Read (1995) o Sandra & Leiblum (1997) entre otros).
            Sabemos con seguridad, sin embargo que el estrés es la causa principal de abandono de los tratamientos de fertilidad.

¿Qué podemos hacer?

            Mejorar nuestra calidad de vida y poner a raya el estrés puede ser el primer paso en el camino para mejorar nuestra fertilidad. El estrés y la infertilidad crean un círculo vicioso donde ambos se agravan mutuamente.


Si asistimos a un centro de Reproducción Asistida, podremos disponer de un soporte psicológico que nos va a facilitar ayuda personalizada. Nos ayudaran tanto a gestionar tanto el estrés derivado de las dificultades para concebir como el estrés producido por el desarrollo de los tratamientos.

Refrencias:

- http://www.bienestaremocional.org/2014/02/estres-y-fertilidad/

- https://www.institutobernabeu.com/foro/2011/10/10/el-estres-y-su-impacto-en-la-infertilidad/

- http://holadoctor.com/es/noticias/el-estr%C3%A9s-puede-afectar-la-fertilidad-femenina





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