La Infertilidad y el Estrés
La infertilidad constituye un problema con consecuencias
emocionales muy importantes para la pareja. El hecho de no poder satisfacer una
parcela tan importante del desarrollo personal como “tener hijos” afecta de
forma directa a todas las esferas de la vida de los pacientes.
El núcleo de
la persona se ve afectado, deteriorándose de forma significativa aspectos tan
importantes como la autoestima, los planes de futuro, la vida de pareja, la
familia, la vida social, las relaciones sexuales… En estas circunstancias, son
generalizados los sentimientos de ansiedad y depresión. Por si esto fuera
poco, esta situación de “sufrimiento” es en muchas ocasiones minimizada o
incluso frivolizada por la sociedad que ve este problema como algo sin mucha
importancia y en ocasiones con aspectos “positivos” con comentarios tan
desagradables como “con lo bien que estáis sin hijos…”.
Esta
situación de stress emocional se intensifica durante los tratamientos de fertilidad (inseminación, fertilización in vitro,donación de ovocitos, etc.). Se han realizado diversos
estudios para medir los niveles de ansiedad en distintos tipos de tratamientos
médicos, y los tratamientos de reproducción son los que más carga emocional
conllevan tras los tratamientos oncológicos (radioterapia, quimioterapia…),
esto resulta lógico si pensamos que en ese momento el miedo al fracaso
intensifica de forma significativa la ansiedad provocada por la infertilidad.
El estrés
puede interferir con la concepción. De hecho, si te está costando quedar
embarazada, muchas personas te habrán dicho: “Relájate y ya verás que quedas
embarazada”. Y tienen razón, al menos en parte.
El estrés puede afectar al funcionamiento del hipotálamo (la glándula del cerebro que regula tu apetito, tus emociones y las hormonas que envían la señal a tus ovarios para que liberen óvulos). Si estás muy estresada, puede que ovules más tarde durante tu ciclo reproductivo, o que ni siquiera llegues a ovular. Así que si solamente tienes relaciones sexuales alrededor del día 14 pensando que estás ovulando, podrías perderte la oportunidad de concebir.
El estrés puede afectar al funcionamiento del hipotálamo (la glándula del cerebro que regula tu apetito, tus emociones y las hormonas que envían la señal a tus ovarios para que liberen óvulos). Si estás muy estresada, puede que ovules más tarde durante tu ciclo reproductivo, o que ni siquiera llegues a ovular. Así que si solamente tienes relaciones sexuales alrededor del día 14 pensando que estás ovulando, podrías perderte la oportunidad de concebir.
Es
importante diferenciar entre estrés repentino y estrés constante. Si tu nivel
de estrés es elevado pero bastante constante, lo más probable es que tu cuerpo
se acople a ese ritmo y posiblemente sigas ovulando en cada ciclo. Es el estrés
repentino (un accidente o una muerte en la familia) puede alterar tu ciclo e interferir
con la ovulación.
Por supuesto, este efecto varía de mujer a mujer. Para algunas, un corto viaje puede retrasar su ovulación mientras que, para otras, ni el accidente más traumático variaría su ciclo.
Por supuesto, este efecto varía de mujer a mujer. Para algunas, un corto viaje puede retrasar su ovulación mientras que, para otras, ni el accidente más traumático variaría su ciclo.
¿Que nos dicen los estudios?
La
investigación ha demostrado que las mujeres sometidas a tratamiento por
infertilidad tienen un nivel de estrés similar, y con frecuencia más alto, al
de las mujeres que se enfrentan a enfermedades graves como el cáncer o
enfermedades del corazón. Los efectos de este estrés en la calidad de vida
de la pareja tienden a ser sustancialmente mayores en las mujeres que en los
hombres (Guerra y cols, 1988).
Lemmens y
cols. (2004) y Alper y cols. (2002) realizaron estudios
concluyentes acerca de la necesidad de que las parejas sometidas a técnicas de
reproducción asistida tengan soporte psicológico antes, durante y después del
tratamiento. Esto se debe a la ansiedad y la sensación de pérdida de control, que
se traduce en síntomas psicosomáticos en ambos miembros de la pareja.
Moreno y
cols. (2007) realizó una investigación sobre la infertilidad en la mujer.
Constató que siguiendo un programa de apoyo psicológico se produce una
notable reducción del estrés en la mujer. Recalca la necesidad de las
parejas en procesos de reproducción asistida de contar con soporte psicológico.
Otros
estudios que demuestran que las parejas con problemas de fertilidad tienen una
mejor respuesta al tratamiento médico cuando éste incluye un apoyo psicológico. Domar
y cols. (1999) demostraron que un programa para disminuir el estrés psicológico
está asociado con un mayor porcentaje de embarazos viables en
tratamientos de infertilidad.
Aunque la
relación entre niveles de ansiedad y la probabilidad de éxito de los
tratamientos no es concluyente, muchos autores hallaron una relación
estadísticamente significativa entre el papel de la intervención psicológica y
el número de concepciones (Alice Doman et al. (1990, 1992), Annette L.
Stanton & Christine Dunkel-Schetter (1991), Jane Read (1995) o Sandra &
Leiblum (1997) entre otros).
Sabemos con
seguridad, sin embargo que el estrés es la causa principal de abandono de
los tratamientos de fertilidad.
¿Qué
podemos hacer?
Mejorar
nuestra calidad de vida y poner a raya el estrés puede ser el primer paso en el
camino para mejorar nuestra fertilidad. El estrés y la infertilidad crean
un círculo vicioso donde ambos se agravan mutuamente.
Si asistimos a un centro de Reproducción Asistida, podremos
disponer de un soporte psicológico que nos va a facilitar ayuda personalizada.
Nos ayudaran tanto a gestionar tanto el estrés derivado de las dificultades
para concebir como el estrés producido por el desarrollo de los tratamientos.
Refrencias:
- http://www.bienestaremocional.org/2014/02/estres-y-fertilidad/
- https://www.institutobernabeu.com/foro/2011/10/10/el-estres-y-su-impacto-en-la-infertilidad/
- http://holadoctor.com/es/noticias/el-estr%C3%A9s-puede-afectar-la-fertilidad-femenina
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